Caminaba por ella despacio, muy seguro de mí mismo, sintiendo que había hecho el ridículo todo el día buscando mi casa. Pero muy limpio y ordenado, eso sí. Seguía sentado. La fuerza de la costumbre, por supuesto. ¿Cuál es tu resumen de esta novena edición de la feria en el Cusco? Vi que las muchachas y muchachos con los que compartía la fuente se levantaban, tapándose las narices y lanzándome miradas reprobadoras. ¿Qué es la prosa en el capitalismo realista? Seguía totalmente perdido, pero, en cambio, me sentía ahora más tranquilo. “Nunca imaginé que la metafísica oliera a pedo”, le contesté. Sí, de arqueología, cuando estudiaba ahí. Si algo dejó el experimentalismo y la poesía transgresora de la década —del 2010 al 2020 — fue el arrebato de usar la lírica para meterse y habitar la piel de lo privado, logrando un puente entre lo que le pasa a uno y lo que sucede en el mundo. A la espalda del Palacio de Gobierno y a 100 metros de la Plaza Mayor. Me respondieron en silencio, con movimientos de cabeza. Limpió acomedido máquinas y tijeras. Pero en vez de quedarme idiotizado, compadeciéndome de esa pequeña catástrofe, me saqué el calzoncillo, eché toda la caca que contenía en el retrete y jalé la cadena. ¿Qué hubiera sucedido si les decía que me horrorizaba la prohibición de las corridas de toros? Luego lavé en la ducha el calzoncillo con jabón y lejía hasta que quedó limpio también y lo colgué con un par de ganchitos en la barrita de la ducha para que se secara. Por estos motivos, lo agregué a la antología Andenes de la Nueva Lírica Peruana[1] En Pequeña novela posplástico se explora el eterno divagar de un joven en la ciudad moderna. Sus engendros se podían ver en grandes pantallas. Profundizar en las implicaciones y desafíos de las crisis ambiental y climática para … Como la dirección de mi casa, que se me ha desvanecido de la memoria en el peor momento. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)? A la gente le gustaba la Iglesia porque no se parecía a la vida, a la sociedad tal cual es, porque representaba lo contrario de la existencia en el siglo. Dibuja los muebles de la casa y colócalos donde crees que deben ir. Pasando a tu trabajo como escritor y editor, ya son 31 años de existencia de la revista ‘Sieteculebras’, ¿en qué número ya van? Estaba a punto de hacerlo, en todo caso. Maldita sea. Y lo plástico surge como el ecosistema donde se configura la música mental de este autor. Me llamaron por teléfono. Pero, aunque nunca le di la razón, en los argumentos de Osorio hay una deprimente verdad: vivimos en un mundo en el que lo que antes llamábamos arte, literatura, cultura, ya no es obra de la fantasía y la destreza de unos creadores individuales sino de los laboratorios, los talleres y las fábricas. (Hice una exploración el otro día y el internet me hizo saber que entre los últimos departamentos de Filosofía que sobreviven están, uno, en una Universidad de Cochabamba, Bolivia, y el otro en la Facultad de Letras de las Islas Marquesas. No es imposible que tenga razón. Estaba, pues, solo en aquel rinconcito de la Plaza Benavente, aunque rodeado de gente, automóviles, buses y camiones. Desde que entré sentí tanto asco que me dieron ganas a mí también de arrojar el alma en aquellos pudrideros. Había sido una aventura. Caos y experiencia, pesadumbre y fiesta: el lenguaje busca representar la música de un universo en perpetua destrucción y abismo. (Del libro En busca de la sonrisa encontrada (2012) Editorial: Cascahuesos Editores). Sabía que tenía los calzoncillos llenos de mierda, porque en el sueñecito de la avenida del Pintor Rosales se me había salido la caca, y no me importaba tampoco. Es una noticia alentadora que en estos 31 años la revista ‘Sieteculebras’ ha estado viajando por el mundo. Tiendo siempre la cama y doy a lavar las sábanas todas las semanas; no la frazada, esta solo cada quince días. Pues ahora hemos perdido la libertad sin darnos cuenta, y, lo peor, estamos contentos y nos creemos hasta libres. La posibilidad de que estalle una guerra en cualquier momento entre China y la India es una realidad que nadie ignora, pues cada día nos parece más cercana. Lo suyo no son las ideas, tan totalmente devaluadas en el mundo de hoy, sino los impulsos, las intenciones, la acción. Me parece que esta es la última vez que lo organiza la DDCC, ya que actualmente hay una comisión de un grupo de editores que está viendo la organización de las venideras. El escritor Máximo Huerta ha inaugurado en su localidad natal, el municipio valenciano Buñol, La librería de Doña Leo, un proyecto con el que cumple un … A ratos, me inspiran simpatía, porque este mundo no les gusta y por su forma de vida es obvio que quisieran cambiarlo. Pero si no existen todavía, ya aparecerán. Hay un evento donde se congregan decenas de poetas y eso hace que se mueva. Me preguntaron si no me había echado algo para el sol y como les dije que no, que nunca usaba cremas protectoras, se escandalizaron. VISIÓN La Casa de la Literatura Peruana es la institución de referencia de la literatura nacional. Me levanté también. Luego de una larguísima pausa, uno de ellos murmuró: “Nuestro cuerpo es sagrado y hay que cuidarlo.” Para ellos, en verdad, lo sagrado son las perfumerías y las farmacias. Pero no reconocía nada. Uno de los chicos, de cuerpo estilizado y ascético, dijo que lo más importante era tener el estómago siempre limpio y que haber acabado con el estreñimiento era la máxima gloria de la ciencia contemporánea. Estuvo muy amable. Reservar (Quedan 20 plazas) Este curso pretende poner en valor la sostenibilidad y circularidad en la moda de la mano de personas expertas y a través del desarrollo de … ¿Lo despertaría? Sobre la publicación de Los inocentes, Arguedas dijo que: Quisiéramos afirmar que con “Los inocentes”, de Oswaldo Reynoso, se inicia el hallazgo de las formas de revelarlo. Y ni siquiera me había dado cuenta. Y puntualizo lo de tiraje largo porque en el Perú, señores, no se publica más de 500 libros, porque aquí la gente no lee y no se trata de desperdiciar el dinero, aunque para el poeta librero -o librero poeta- Ángel Yzquierdo Duclós esto sea vital: porque él desea sacar 50000 ejemplares de su Albatros o nunca sacarlo. Advertí que algunos del grupo se ruborizaban y desviaban la vista. Sentí de nuevo el ramalazo del terror que había tenido todo el día. ¿Qué son, entonces? Y en ese mismo momento –había dado ya, siempre caminando despacito, una vuelta a la Puerta del Sol– tuve la seguridad de que la calle del Arenal, que tenía al frente, me llevaría en la dirección de mi casa. Acercarnos al arte de la poesía nos permite participar en la realidad de forma más intensa y despertar a nuevos matices, a nuevas realidades que se abren cuando el uso del lenguaje se expande. La Casa de la Literatura Peruana es la institución de referencia de la literatura nacional. Hace unos días, Lima Gris llegó hasta la ciudad blanca para conversar con José Córdova, director de la editorial Cascahuesos, sello literario que en unas semanas cumple 15 años de actividad, y que ya lleva más de 150 títulos publicados. ¿Encontraría mi casa, por fin? La callecita de la puerta falsa del Teatro Real la conozco muy bien. ¿Me pasaría el resto de la noche sentado aquí, en el suelo, esperando que apareciera alguien que viviera en este edificio? Lima Gris llegó a la ciudad imperial para cubrir todos los días de la novena edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Cusco, donde pudo conversar con el escritor y editor Mario Guevara, quien nos habló sobre la movida literaria de su ciudad y cómo se encuentra en un segundo plano, a comparación de los escritores de la capital. Estaba muy cansado y me había deprimido de nuevo. Había sentido la muerte más cerca, pero no había sido una pérdida de tiempo. “Se cerraron los últimos cines, pero han abierto una nueva librería”, me levantó el ánimo Osorio cuando terminó la triste manifestación de despedida a los Ideal. Ahora sabía que nunca más dejaría mi casa –bueno, mi cuartito– sin llevar un papel con mi nombre y dirección, y con las instrucciones de que si caía muerto dieran parte a Osorio, cuyo teléfono y dirección pondría en esa misma tarjeta. Tenía escalofríos y seguramente me habían picado los bichos, sobre todo las hormigas, mientras dormía. Donde se desfalca el estado de supervivencia animal, sea por el clima y su degradación, o la dura violencia que se respira, surge el deseo de materializar estas inquietudes desde la carga de una historia. Tampoco imaginamos que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir tanto y sin embargo ahí estamos muchos bípedos centenarios para demostrar que no era fantasía. Llevaba mucho rato soltando vientos, como siempre que me pongo nervioso. Sí, lo era. Nuestro acuerdo solo es llamarnos todas las mañanas para saber si alguno de los dos se ha despedido de este mundo y dar parte a la policía, para que desaparezcamos en el fuego. El riesgo, el tabú, los interdictos que rodean a cualquier cosa la hacen infinitamente más deseable y atractiva. Aunque tengo sentimientos encontrados respecto a los “desequilibrados”. Claro, el gran problema es ver si consiguen las subvenciones para la organización, acá en el Cusco es un complicado conseguir dinero. Todo un día buscando mi casa, bueno, mi cuartito, con la seguridad de que estaba por acá, muy cerca, sin poder encontrarlo. Volviendo al literato: asimila la calle, la jerga, lo popular, pero con ojos de niño, de poeta, con ojos limpios. Ahí donde otros autores encorsetan su ritmo interno bajo lo retórico, en Bazalar suena suelto y anárquico. Este autor no era pues un vargasllosiano alejado de los bares, corriendo, religioso, por las mañanas y escribiendo bajo un horario. Casa de la Literatura Peruana is a leisure, travel & tourism company based out of 207 Jirón Ancash, Cercado de Lima, Peru. (Repito que con los años me he vuelto muy llorón.). ¿En pie, todavía?” “Por lo visto, sí, me parece al menos.” “¿Nos vemos más tarde, para el cafecito?” “Oqui doqui.” No sé cuándo nos conocimos; no, en todo caso, desde la juventud. ¿Pero somos libres? Porque estaba nervioso, siempre me ocurre. Además, nos habló de Pionono de Vitrina, libro de Zully Pinchi, que se convirtió en uno de los más vendidos de la Feria Internacional del Libro de Lima y sobre el gran lanzamiento que hará Cascahuesos por la celebración de sus 15 años. La importancia de Reynoso es descubrir la ciudad. Me dolía un poco la espalda y di una vuelta a la Puerta del Sol, caminando despacio. ¡Créeme! Soy injusto pensando así, porque, la verdad, ahora solo esas dos cosas me producen la sensación de haber alcanzado la plenitud absoluta que de joven me dio leer Guerra y paz o ver por primera vez en la Galería de los Uffizi de Florencia El nacimiento de la primavera y la Gioconda en el Louvre. Aquí se investiga la literatura y se reflexiona acerca de ella con el fin de establecer nuevos puentes … Y esta noche, con todos los vientos que he soltado en el día, debía de estar más sucio que otras veces. El único espectador serio que se admite hoy es el que produce el propio bípedo en su artefacto portátil, ese incinerador de todo lo que es genuino y auténtico, algo que ha desaparecido prácticamente en este mundo donde solo reina y fulgura lo postizo y artificial. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. 10/01/2023 a las 16:34h. Osorio dice que ahora hay añoranza por esos animales, otro de los hitos de la cultura de hoy en el mundo, que va a romper todos los límites de lo concebible. Aquí vemos un pasaporte al gozo textual: riqueza de imágenes, prosa mística y sinestésica. Muchas veces había pensado apuntarla en un papelito que llevaría en todas mis salidas, pero nunca lo hice. El fondo, el mismo, pero más pútrido: la realidad social, la corrupción, la hipocresía. Ni siquiera me acordaba de eso, tampoco. Pensé que oiría su risita burlona: “¿Te estás muriendo, hermano?” Y me contuve. Se hicieron descoyuntar en el potro, destrozar por las fieras, quemar vivos defendiendo los principios y verdades de la fe cristiana y resulta que ni el infierno ni el limbo ni el cielo existen. Siempre que encontrara mi casa. La globalización, el gran negocio para que los ricos sean más ricos. Líneas arriba, el poeta horazeriano Castillo hablaba de otorongos, para referirse quizás a la propia intensidad: Reynoso eligió otro animal: un insecto: el Escarabajo. Conversamos cerca de una hora, tirados en el pasto, yo como un bisabuelo o tatarabuelo rodeado de sus bisnietos y tataranietos. Siempre disimulando, di una vuelta a la plaza, escrutando los nombres de las calles. Ninguno de ellos practicaba religión alguna, solo una chica confesó que, aunque no era seguidora de ningún credo, tampoco podía ser atea, pues creía en “un principio primero para todas las cosas”. ¿Me deja entrar?” El señor –era algo mayor– me miró con desconfianza. La Casa de la Literatura, donde, no solamente se va a ver la literatura, sino, se va a hacer literatura, está organizada de tal manera que personas que ingresen van a poder desarrollar seminarios, talleres de escritura y lectura; tiene como objetivo incentivar el interés por la lectura y el conocimiento de la evolución literaria y sus principales representantes. Él cree –lo dice al menos– que somos más libres que nunca y se escandaliza cuando yo sostengo que este es un mundo de esclavos contentos y sometidos. No me venían esos vientos desagradables que me hacían pasar tantas vergüenzas. Había recobrado la confianza. 80,00€. Que compren “Gringas sí, yankees no”, y un libro de Ángel Avendaño sobre Túpac Amaru que se esta vendiendo justamente en el stand de ‘Sieteculebras’. A José lo encontramos en su stand de la Feria Internacional del Libro de Arequipa, evento que lamentablemente dejó mucho que desear, ya que no tuvo la convocatoria que se esperaba. La ciudad se dice en los colores, los sabores, en la virtud de los climas internos: en el monólogo. Respiré más calmado y al llegar a la puerta de mi cuartito descubrí que ahí estaba, colgando de la puerta, la llave. ¿En qué forma les gustaría que cambiara el mundo? La supuesta librería –ayer o antes de ayer fuimos a verla– era la biblioteca de un vejete de Malasaña que ha puesto en venta sus existencias antes de partir al otro mundo, una colección variopinta de libracos mal conservados que el puñado de personas que estaba allí cuando Osorio y yo entramos a echar un vistazo hojeaba y manoseaba antes de devolverlos a los polvorientos estantes. Iba, cuando me llevaban mis padres, pero no me moría por ellos, como mis amigos. Pero lo cierto es que su manera de ser y de vivir ha tocado alguna fibra íntima de muchos jóvenes de la última generación. Las comparaciones son odiosas, pero a veces toca mirarse con sus vecinos más cercanos, y eso lo sabe muy bien Pavel, quien mira con envidia sana las ferias en la ciudad de México, en donde se acostumbra año a año a realizar en la Plaza de la Constitución, o mejor conocida como el Zócalo; o la que se realiza en Buenos Aires – Argentina, en la Plaza San Martín. Derrotar al cáncer y al sida parecía imposible y los científicos lo han conseguido. Le ruego que me permita pasar.” El señor asintió y me abrió la puerta y se retiró para que yo entrara primero. Y, acaso, luego del desastre, se impondrá la sensatez y reinará la paz sobre lo que quede de la tierra. Ahora es todo distinto la estación ha sido tomada por los libros, en sus salas se puede encontrar la gran riqueza de nuestra literatura, al hacer el recorrido uno puede conocer históricamente los diferentes representantes, hombres y mujeres, diversas corrientes, soñadores de puño y letra, que comparten su obra con el mundo. Yo no tengo buena relación con la DDCC o con el Ministerio de Cultura, y eso que yo trabajé ahí a inicios de los noventas, en lo que era el INC del Cusco, pero duró solamente unos menos porque el director, quien era el poeta Ángel Avendaño Farfán, lo sacaron de su cargo por defender una zona arqueológica que fue invadida por un grupo de locutores. Ahora no solo me dolía el pecho sino también el hombro y el brazo izquierdo y seguía sudando de la cabeza a los pies. ¿Era la primera vez que tenía una pérdida de memoria tan seria? Lo que resulta bastante positivo para saber qué la obra de este autor se mueve, se cambia, se vende, se pierde y encuentra: ese movimiento dice mucho de la vida de este libro. ¿O tendría que ir a la policía a que me ayudaran? Era el final. Yo sé que fui periodista de joven; Osorio dice que enseñó filosofía en los colegios, pero no estoy nada seguro de que haya sido profesor y menos de filosofía, porque sabe muy poco de esos temas. Osorio, posando de optimista, dice que ahora que han desaparecido los cines tendré que habituarme a ver películas en las pantallas pequeñas. Seguir de frente. Era un socialista que no lo era, que debajo de su socialismo democrático defendía el capitalismo democrático, pues sabía muy bien que sin empresas libres y privadas no hay libertad que sobreviva y que, si el Estado controla la producción de bienes y el empleo, a la larga o a la corta se instala el comunismo de siempre, y, con él, el totalitarismo y la pobreza. En torno a esta obsesión han construido toda clase de fantasías quiméricas y sanitarias. Si no la recordaba –pero me sentía optimista, tenía la sensación de que estaba cerca, este barrio me parecía conocido– iría a la policía, para no pasar la noche a la intemperie. Hay una dualidad en los limeños: por un lado, le rezan y hacen pedidos a una efigie; por otro, tratan mal a sus semejantes. Pero, para gentes como yo, de otra época, la vida sin librerías, sin bibliotecas y sin cinemas es una vida sin alma. En cambio, en Perú pareciera que quieren que desaparezcan. Objetivos y contenidos: Proporcionar una visión de conjunto sobre las crisis ambiental y climática. (Fragmento de Los inocentes (1992) Editoria: Aladino). Pero, en cambio, de Carmencita, mi mujer por muchos años, me acuerdo muy bien. Yo también discrepo con él en eso, por supuesto. Funcionaba muy bien y, una vez que la caca desapareció y el retrete estuvo otra vez limpiecito, solté la ducha y calculé que saliera el agua tibia y me bañé, limpiándome las piernas y el trasero con cuidado, hasta comprobar, una y diez veces, que tanto mi trasero como mis piernas quedaban impecables. ¿Qué diferencia hay entre verso y prosa? O sea, en los momentos de más alta modernidad científica y tecnológica, volvemos al paganismo, a la hechicería primitiva. Solo que no hablo con Osorio nunca de ella. Reynoso termina de dar su charla y se sienta en una mesa. Osorio debe de ser el último amigo que me queda. Así lo parecía al menos. Todas las noches, desde que cometí la locura de abandonarla, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. No sería raro que acabara con nosotros, los humanos. Había olvidado la dirección. El duque revela, en «Spare», que le dio un caramelo de menta a su hermano para enmascarar el olor a alcohol. Habíamos perdido ese idealismo que todavía flotaba en los años finales de la segunda mitad del siglo XX. Volviendo al tema. Será divertido asistir al primer matrimonio de un hombre y una perra o entre una mujer y un mono. “Y no pasarse mañana y tarde haciendo clic clic en el ordenador, rodeado de paredes y de tedio.” “No todo puede ser trabajo, hay otras cosas que debemos valorar”, añadió una chica pelirroja, con convicción. “He soltado un viento”, pensé. Me gustaba la atmósfera tranquila y algo conventual de la Biblioteca Nacional del Paseo de Recoletos, el silencio religioso de sus salones de lectura, la secreta complicidad entre los que estábamos allí, en nuestras carpetas, leyendo al resplandor de las lamparitas de luz azulada. ¿Me había quedado dormido? Amor en los adultos mayores: ¿Cómo recuperarse después de una separación? Sí, esta mañana había recorrido esta calle. Por eso, cuando la invasión de los zorros a Madrid, creo que yo fui uno de los pocos vecinos que no se asustó y, más bien, me alegré de ver que manadas de esos cánidos se aquerenciaban en todos los parques, alamedas y paseos madrileños. No es el fin del mundo. Pero que todavía quede una quinta o sexta parte de pobres y de miserables quiere decir que aún estamos lejos de haber erradicado la pobreza de este planeta. Justo por estos días, a nivel Perú, hubo una polémica sobre Reynoso y la venta de sus libros para ser editados en Alfaguara. Mejor dicho, el llavero, con la llave que abre el portón del edificio y la puertecita de mi cuarto. Minimalista, así lo llamaban. (Repito los disparates que les oí.) Había recuperado la memoria. Nosotros, que estamos muy lejos, sobreviviremos, no te preocupes. Cuando descubrí que mi calzoncillo estaba lleno de caca, me embargó una gran tristeza. Y, sin embargo, ahora son las únicas películas de la televisión que veo con agrado. Incluso, sin decírselo a nadie, y menos que a nadie a Osorio, ya no veo con tanta antipatía a esos comandos antianimalistas que aparecen por aquí y por allá en el mundo entero y perpetran esos actos terroristas contra perros, gatos, ratas, zorrinos, moscas y demás animales considerados domésticos. Cuando le dije que me parecía una curiosa paradoja que los jóvenes hayan empezado a despreciar el sexo, es decir, a materializar lo que los curas querían inculcarnos cuando éramos jóvenes –aunque muchos curas lo practicaban a escondidas al derecho y al revés, sobre todo al revés–, precisamente cuando las religiones comienzan a encogerse como pieles de zapa, Osorio me rectificó: “Se encogen las iglesias, no la religión.” Tuve que darle la razón. Hemos llegado a tener más de 300 colaboradores. (A mí hace como dos años que no me ha vuelto ese cáncer de la sangre.) No estaba asustado, solo adolorido. Por eso, apenas entré prendí la luz, comprobé con satisfacción que mi cuarto estaba limpio y ordenado; fui al baño muy despacio pues seguía agitado, me quité los zapatos y el pantalón. Es verdad que todo lo que había en el caserón de Recoletos está ahora digitalizado, al alcance de cualquier pantalla. Reynoso ha creado un estilo nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándome. ¡Las tres de la tarde! Exhibición de una opacidad deliberada entre pequeños símbolos sobre hechos de la realidad social del poeta, los elementos de su cotidiano como decodificadores de la función referencial. A esto añade una crítica a lo artificial de nuestro tiempo, a lo plástico, a este tiempo que, como sugirió Fisher, es el fin de las utopías y el nacimiento del capitalismo realista. Me vinieron dos vientos mientras conversaba con ella, que conseguí disimular encogiéndome un poco, como para rascarme una pierna. Nos llamamos todos los días, a ver si seguimos vivos. Reconozco que, en muchos aspectos, el mundo de hoy es mejor que el de mi juventud. Mucha gente prefiere ahora ver los cuadros en las pantallas, igual que Osorio. Y rematé todo aquello con un vientecito rápido, secreto, que a nadie molestó. Pero por lo menos en la policía, mientras averiguaban quién era, estaría bajo techo. Las “pinturas inmateriales” tienen dueños, de modo que la propiedad privada se respeta, y, al mismo tiempo, todos pueden disfrutar de esa propiedad privada sin arrebatársela al propietario a través de la red. Había desbordado el calzoncillo y manchado las piernas. Solo que esta se ha vulgarizado y encanallado de una manera bochornosa. Pero están ahí, rodeándonos. Un deslizamiento de tierra en el municipio de Rosas, Cauca, tiene incomunicado a todo el suroccidente del país desde hace 48 horas. Atendemos al … Nos tuvo, a la media docena de invitados, sorprendidos y maravillados del principio al fin de la noche. A tan solo algunos pasos de Palacio de Gobierno, en el Centro Histórico de Lima, este lugar fue creado para incentivar a la lectura y facilitar textos al … Cierto: la prosa del mexicano Rulfo mantiene un estilo bastante cuidado, donde la prosa logra atmósferas solo concebidas por la poesía. Pero estoy lejos de compartir todas sus tesis y manías. La tristeza por la desaparición de esa institución parecía compartida por todos los presentes, en los ojos de algunos de los cuales juro que vi lágrimas. Lo que él llama “librería” es uno de esos simulacros que nos rodean, una de esas luciérnagas que en la noche se prenden y se apagan casi al mismo tiempo. Estaba sentado en el asiento de piedra de la Plaza de Oriente y a mi derecha, al frente, tenía el Teatro Real, a la espalda el Palacio, y, frente a mí, la callecita de los restaurantes y de la puerta falsa del teatro por donde entraban los empleados, y, cuando había ensayos, los actores, las actrices y los músicos. ¿No era riquísimo desnudarse y enredarse en la cama durante horas y hacer el amor al volver de la oficina de noticias en la que trabajaba? Ahora, conviene aclarar un punto en el que insiste mucho Osorio, y creo que con razón. En vez de llamarlo me acurruqué; traté de olvidarme del sudor, me encogí mucho, hasta tocar con mis rodillas mi mentón, y esperé que llegara el sueño. Tomaría precauciones, andaría siempre con aquel documento encima recordando mi nombre y dirección y el teléfono de Osorio. Había allí el espectáculo acostumbrado: la cola de taxis, los choferes formando grupos y fumando o conversando, una parejita muy joven, sentada en una banca y acariciándose, los dos quioscos de periódicos cerrados y, en la desembocadura de la calle Arenal, que iba hacia la Puerta del Sol, un perrito solitario tratando de morderse la cola. Debía de ser pasado el mediodía, y, aunque no estaba seguro, me pareció recordar que no había tomado desayuno ni almorzado, ni siquiera bebido un vaso de agua en toda la mañana. Pero nadie se dio cuenta a mi alrededor. Por eso, por falta de gente, les recortan los presupuestos y los abren menos horas cada día, menos días a la semana y menos semanas al año. Y pensar que se celebró como un gran invento –yo lo recuerdo muy bien, ocurrió hace unos cuarenta años, o veinte, o diez: eso que llaman el espectáculo multimedia comentado–. No a las plantas ni a los animales en todo caso.”. Lentísima. Y, por supuesto, me vino una cadena de vientos. Derrotar al cáncer y al sida parecía algo imposible y se consiguió. «Tu eres una cafetera, tu calientas pero no cuelas…. Subí aquellas gradas muy despacio, parándome unos segundos en cada escalón, animado por una alegría íntima, que, sin embargo, contenía los latidos de mi pecho; con el esfuerzo, se me había agitado mucho el corazón. Lo mismo hago con mi bañito, con su ducha, lavador y retrete, que también esta mañana limpié, barrí y sacudí como lo hago todos los días, después de tomar una ducha en la que me jabono con cuidado, sobre todo el trasero, que, con los constantes vientos del día, tengo casi siempre sucio. Dormía y soñaba tranquilo, en perfecta paz conmigo mismo. Me sentía bien. Que la muerte me sorprendiera en el sueño era una buena manera de morir. Teatro Victoria Madrid Madrid. La síncopa de los versos, son como el latido de la ciudad: indiscreta, perturbadora, cruel. Minimalista, así lo llamaban. Otro le discutió que más importante es el descubrimiento de la jalea que mantiene fresca y alerta la memoria. Pero a los pocos minutos me calmé: era una falsa alarma. Me hubieran linchado, tal vez. Que yo sepa, Osorio nunca tuvo familia. El yo subjetivo de los poemas de Ciudad lila de Julio Barco, como un apartamiento del habla adquiere formas lexicales de diversos orígenes; la sangre del poeta es la vivencia de la ciudad, Lima, para el caso, homenaje a un cuerpo presente que late con el cotidiano de su estar, que no oculta sus referencias y permiten expresar lo corporal, los sentimientos y el rigor intelectual desde una focalización en una flotación de las imágenes con énfasis en trazos panópticos que tienden a denotar una interioridades reflexivas, mientras la ciudad acontece. En todo caso, compartían los ingresos y los gastos que tenían. Sin cobrar un centavo por ello. ¿Qué podía preguntar? Otro de los temas que se cuestionó, fue la incomprensible decisión de la Municipalidad Provincial de Arequipa, de no permitir que la feria del libro se realice en la Plaza de Armas, tal como se realiza la FIL de Cusco. Recordaba este lugar e, incluso, pensé que allá, en la noche de los tiempos, había paseado por aquí, cuando caminaba o incluso corría en el Paseo del Pintor Rosales, que, por supuesto, estaba cerquita, en esa dirección. No es el fin del mundo. Me animo a intuir que un intenso viaje dentro de sí mismo; lo que nos recuerda que el tema del Yo no ha sido finiquitado. Este registro, lo acerca a libros como El almuerzo desnudo, y nos arroja un espejo sobre los males que acechan nuestra cultura. Los horarios de atención al público es de Lunes a Domingo de 10 am a 8 pm. Mi esperanza está en el movimiento de los “desequilibrados” que se ha extendido tanto por el globo, no solo por España. La obra recrea la histórica atajada del actual arquero del Aston Villa de Inglaterra en la final del Mundial de Fútbol, quien a los 122 minutos con 43 segundos tapó con su pierna izquierda el remate de Muani que permitió al seleccionado argentino mantener el empate y llegar a los penales, donde el propio Dibu Martínez volvió a tener un rol fundamental para que … Hay en ellos una actitud desinteresada, de pureza y espiritualidad, todo lo que parece haberse extinguido en el resto de nuestra sociedades frenéticamente entregadas a trabajar, a producir, ganar dinero, y llenarse de maquinitas entretenidas. Es muy corta. Había salido tan de prisa esa mañana que me olvidé de sacar esas llaves, pues las dejé colgadas donde estaban todavía. Llegué por fin a una plaza: la Puerta del Sol. Las carencias y las necesidades que acompañan la formulación de ideales estéticos, la poesía, que impregnan su voz y escritura y restituyen un hecho lírico sobre un espacio de insuficiencia, imponen el poder del poema por sobre las circunstancia. El “franquismo” actual es de otra índole: sin caudillos ni partidos extremistas, sin fusilamientos ni torturas, todo muy científico, apoyado en la física y las matemáticas, y, sobre todo, en el dominio absoluto de las pantallas y las imágenes sobre la razón y las ideas. Hablar es mostrar y mostrarse. Había sentido la muerte más cerca que nunca, sin duda, mientras, caminando alrededor de esta plaza, intuía que mi casa estaba por aquí. Parecía imposible y sin embargo ocurrió: la Iglesia comenzó a ordenar mujeres y nombrarlas obispos, autorizó que los curas se casaran, como los pastores protestantes, y el papa en persona celebró un matrimonio gay en la mismísima basílica de San Pedro. Debe ser cierto aquello de que con la vejez uno regresa a la niñez. Por eso será que ya no hay departamentos de Filosofía en ninguna universidad de los países cultos de la tierra. Pero, en vez de eso, los latidos de mi corazón aumentaron. Muchos años. Pero primero debes aceptar el dolor que sientes y sanar tus heridas … ¿Cómo piensas que está amueblada esta casa? Un enorme logro, ojalá sea cierto. ¿Cuánto tiempo llevaba sentado en la Plaza de Isabel II? He olvidado mi llave. Mi distanciamiento sucedió mucho después, ya en el nuevo milenio. Había llegado al Parque de Debod, allí estaba la mole egipcia que vagamente recordaba y, como no había sillas y estaba cansado, me senté en el pasto. Y todos se rieron, viendo mi aspecto de pordiosero. En esta soledad donde mi corazón se expande. Pensé: “¿Ha sido un día perdido?” No, no lo había sido. Sin llamas y sin Belcebú el más allá perdió mucho atractivo para gran cantidad de fieles. En esta entrevista, Córdova nos habla de su experiencia como editor, su mirada a la tradición literaria arequipeña y sobre la polémica de los escritores peruanos a la FIL de Guadalajara. Cuando el narrador del viejo Yo romántico (como Víctor Hugo, por ejemplo) cede su espacio al narrador omnisciente, y Flaubert determina que el recurso literario debe forjarse desde lo aséptico, la narrativa cobra una dimensión de relato sociológico. Sin embargo, tuve suerte. Sentí algo raro en la cara, me toqué los ojos y descubrí que estaban llenos de lágrimas. Yo, en cambio, me acuerdo apenas de mis padres, con los que, creo, nunca me llevé bien, y no sé si tuve hermanos o no; en todo caso se han borrado de mi mente. No, los “desequilibrados” no hacen adoctrinamiento ni apostolado, al menos que yo sepa. Me senté en una de las sillas solitarias de la Plaza de Isabel II, en el corazón del viejo Madrid de los Austrias, a ver si los recuerdos volvían y encontraba mi casita que debía de estar por estos pagos. Los jóvenes, que antes querían ser arquitectos, luego cineastas, luego cantantes, luego chefs de cocina o futbolistas, ahora sueñan con ser cirqueros, trapecistas, payasos, equilibristas, magos. Y ver más a fondo de donde parte la obra de Reynoso, como joven mataperros silbando sus versos cerca al Río Chili… con seguridad riendo, porque aquí en el Perú el gozo es rebeldía, la sonrisa imposible y la inocencia un crimen. Me aseguró que con esta invención plástica Boshinsky ha resuelto un problema antiquísimo, el de la propiedad privada y sus detractores. Miles, decenas de miles, acaso millones. ¿No estaba otra vez ante el Palacio de Oriente? En busca de la sonrisa encontrada podemos afirmar este goce textual: Leer estos textos es abrir una ventana para contemplar la aventura de la vida desde el goce fáustico de la palabra y de los sentidos. Pregunté a una persona que pasaba qué hora era y me respondió que cerca de las tres. Es curioso. para po de r girar a la de recha: Direc Dirección Direc. Es una novela de fondo, más que de forma. No había tardado mucho esa mañana caminando hasta el lugar de la manifestación. No era la primera vez que me ocurría esto. Al final, estos tres escritores difunden su obra por todo el orbe; y esas posturas quedan solo como modo de entender la ubicación ideológica de cada autor en su tiempo; lo que me hace ver y leer las posturas en las que se ubicaron. “En uno de los pisitos de la azotea. La cena me impresionó mucho, es cierto, no por la comida, nada del otro mundo, sino por los hologramas. Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonarla pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Y de la Puerta del Sol salían muchas calles, en todas las direcciones de Madrid. Ahora, en este momento, no me importaba. Supongo que a medida que van ganando años, volviéndose viejos, se retiran. Los muchachos, altos y entusiastas, hacen cola a borbotones. Ya le he hecho llegar a Shakira que tengo las pruebas de cuándo, cómo y dónde la engañaste", ... "El arte de la literatura es dar cuenta de lo invisible" 11/01/2023. Esa noche sí. Cuando le conté mi experiencia con los “desequilibrados”, Osorio me bromeó que cualquier día un comando de fanáticos del vegetarianismo iría a prender fuego en el restaurante clandestino donde, una vez al mes, él y yo vamos a zamparnos un buen rabo de toro o un filete poco hecho. Ni yo ni Osorio lo creemos, aunque este se lo crea a ratos. Y tenía un mareo en el que me iba hundiendo como en un remolino. En esta obra, El grito del Asterión de Malku Abraxas (Ed. Sentía las piernas amodorradas y pensé que me convendría dar un paseo. ¿Era esta la Plaza de Oriente? ¿En qué régimen vivimos ahora? Tal vez Osorio se haya olvidado de qué cosa fue en la vida, porque tiene la memoria tan disuelta como yo, o trata de engañarme y engañarse inventándose un pasado. ¡Qué tiempos aquellos! Me sequé la cabeza con insistencia, pasando la toalla por mis pelos una y otra vez, recordando una vez más que mi abuelito, en la noche perdida del tiempo, solía decirme que no era bueno dormir con la cabeza mojada, porque me podía volver loco. Tuve la sensación de que ese lugar, donde había mucha gente y además placas, un reloj, banderas, policías y entradas y salidas del metro, tenía que ser importante. Sacábamos comunicados [sobre la invasión] pero no nos hacían caso porque la mayoría de periodistas estaban metidos en ese terreno. ¿Qué hora sería? Era un dolor múltiple, que interesaba los músculos, los huesos, las venas, los tendones. No me sentía feliz ni tampoco triste. ¿No resulta extraño que en estas condiciones el sexo haya perdido interés cuando su gran enemiga, la que más hizo por erradicarlo de nuestras vidas –por lo menos en teoría–, la Iglesia católica, pierde fieles, catecúmenos, sacerdotes, hasta haberse quedado convertida en algunos países en una especie de sociedad filatélica? Es una narrativa desafectada de ínfulas retóricas, y funcione con la intención de expresar una verdad, más no de abrir una nueva estética o lenguaje. Nunca se lo diría a Osorio, porque daría saltos de alegría, exclamando: “¡Te vendiste a la modernidad!” No me he vendido ni hecho concesión alguna. Según asegura, le habría hecho llegar a la cantante los documentos gráficos. Esa falsa librería de Malasaña durará lo que tarden en venderse las vejeces que se agolpan en sus estantes, si es que antes no prospera la campaña para que el Estado expropie todos los papeles impresos de cualquier orden y los incinere, a fin de evitar las supuestas bacterias nocivas para la salud con que los militantes de esa odiosa campaña Paper free society! ¿En qué se diferencia de la poesía? Cuando yo les pregunté cómo hacían para comer, cómo ganan su vida, se sorprendieron, igual que si se tratara de algo sin importancia. La Guardia Civil desmantela una casa de “retiro espiritual” para ritos chamánicos Detenidos dos individuos que dirigían el centro y cobraban 45 euros por día Seguramente, aunque no lo recordaba. Me repetí una vez más que subiría muy despacio las escaleras, sin agotarme, aunque fuera sentándome un rato en todos los descansos. En la poética de Barco, no es inusual encontrar puntos en fuga entre versos subsumidos en una lógica urbana y sus sentimientos, así como descripciones del barrio donde vive, susceptible a las demandas de la vida como si necesitara moldear todo en la escritura de instantes, conformaran un proceso escritural que elude la frecuencia temporal, se puede asimilar esa característica a un poeta de la Internet, el tiempo pierde su sincronía para convertirse en relieves que miden un punto, pero no el transcurrir. La llamo “fraternidad” porque hablar de “ideología” sería un anacronismo: ya nadie sabe ahora qué es o qué fue eso. La economía funciona gracias a la empresa privada y a la economía de mercado, a la competencia, por supuesto. Sí, por supuesto. Toda mi época es poca para explicar lo que siento. He vivido demasiado para importarme que me digan fósil, ludita o, como me llama Osorio haciendo ascos, “irredento conservador”. Nunca la quise. Y en maldita hora el amigo Osorio me había dejado allí, solo y olvidado –¿cómo se llamaba mi amigo? Yo sospecho que la Iglesia católica selló su partida de defunción cuando comenzó a modernizarse, cuando ese bastión del machismo y conservadurismo, intolerancia y dogmatismo que fue antaño, empezó a relajarse, a resquebrajarse, a hacer concesiones a los curas y laicos progresistas. “Si estalla, desaparecerá solo el Asia, créeme. ¿Cuánto hacía que perdí el olfato? Por las ratas he dejado de pasear en el Retiro las mañanas de buen tiempo, algo que antes me encantaba. Una vez más revisé todos los bolsillos, como había hecho muchas veces en la mañana, creyendo que esta vez encontraría el teléfono móvil, para llamar a Osorio y preguntarle la dirección de mi casa.
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